

Trump, el presidente "no cristiano" a ojos del papa Francisco
El presidente estadounidense Donald Trump se considera un defensor de la fe, un elegido de Dios, pero para el difunto papa Francisco no era cristiano. Su política migratoria dice de él más que sus palabras, opinaba el pontífice.
El argentino no solía andarse con rodeos, ni siquiera frente a una persona ilustre.
En 2016 intervino a distancia en la campaña presidencial con un comentario sobre el candidato Trump: "Una persona que quiere construir muros y no puentes no es cristiano".
El millonario, que luego prometió erigir un muro a lo largo de la frontera con México, calificó su comentario de "escandaloso".
El lunes, tras la muerte del papa a los 88 años, Donald Trump publicó un breve mensaje en su plataforma Truth Social: "¡Descansa en paz, papa Francisco! Que Dios lo bendiga, así como a todos los que lo amaron".
Más tarde anunció haber ordenado que las banderas ondeen a media asta en los edificios públicos en honor al papa, un "buen hombre".
El vicepresidente JD Vance, quien se convirtió al catolicismo en 2019 y se reunió con el jefe de la iglesia católica el domingo, también fue conciso en su homenaje: "Mi corazón está con los millones de cristianos en todo el mundo que lo amaron. Me alegré de verlo ayer, a pesar de que obviamente estaba muy enfermo", escribió en la red social X.
El presidente estadounidense, que se define como cristiano, afirmó el día de su investidura que Dios lo "salvó" de un intento de asesinato para detener una decadencia general de Estados Unidos.
Ha creado una "oficina de la fe" en la Casa Blanca y recientemente publicó una foto en la que se le ve rezando en el despacho oval, rodeado de guías espirituales evangélicas.
- Lección de teología -
Francisco, quien recibió a Donald Trump en el Vaticano durante su primer mandato en 2017 para una entrevista de media hora, lo ha criticado por sus posiciones antimigrantes.
Tras el regreso del republicano al poder el pasado 20 de enero, el jesuita, gran defensor de los excluidos, mantuvo las críticas.
La expulsión de "personas que, en muchos casos, han abandonado sus países por razones de extrema pobreza, inseguridad, explotación, persecución o grave deterioro del medio ambiente, atenta contra la dignidad de muchos hombres y mujeres", lamentó en una inusual carta dirigida a los obispos estadounidenses y publicada por el Vaticano.
"Me gustaría que se centrara en la iglesia católica y nos dejara cuidar las fronteras", dijo Tom Homan, a quien Donald Trump encargó orquestar una política de deportaciones a gran escala y que, al igual que JD Vance o la portavoz estadounidense Karoline Leavitt, afirma ser católico.
En su carta Francisco también pidió "una fraternidad abierta a todos, sin excepción", dejando de lado "la identidad personal, comunitaria o nacional".
Muchos comentaristas lo han interpretado como una lección teológica para Vance, quien invoca un precepto de la doctrina católica llamado "ordo amoris" -"orden del amor"- para justificar la política antimigración, afirmando que la caridad cristiana debe beneficiar primero a los más cercanos a uno mismo, y no a los extranjeros.
El conflicto entre la administración Trump y el clero católico también ha llegado a los tribunales: la conferencia episcopal de Estados Unidos ha impugnado el cese de la financiación de los programas de apoyo a los refugiados gestionados por la iglesia.
En la calle, los cristianos lloran al papa.
"Me gustó mucho que apoye a los migrantes", comentó a la AFP Heidi en la capital estadounidense. La mujer, que no quiere dar su apellido, dice sentir "una profunda tristeza".
El papa Francisco "era mucho más cristiano que muchos otros, por ejemplo, aquellos que hoy están en el poder y se dicen cristianos, incluido el presidente, cuyo nombre no diré", declara Mark Smerkanich, frente a la catedral de Washington.
R.Martins--LiLuX