Acuerdo de última hora en la COP16 para financiar la protección de la biodiversidad
Los países reunidos en Roma para la gran conferencia de Naciones Unidas sobre la biodiversidad adoptaron el jueves un plan de última hora para financiar la conservación de la naturaleza, el último escollo de unas conversaciones consideradas un test para la cooperación internacional.
Cuatro meses después de su fracaso en Colombia, los países ricos y en desarrollo acordaron compromisos mutuos para adoptar un plan de trabajo de cinco años, destinado a desbloquear los miles de millones necesarios para detener la destrucción de la naturaleza y distribuir mejor el dinero a los países pobres.
Un larga ovación de los delegados de los cerca de 150 países puso fin a una reunión cargada de emoción tras alcanzar in extremis decisiones clave en el tercer y último día de las negociaciones.
La 16a conferencia del Convenio sobre la Diversidad Biológica (CBD) se había reanudado el martes en la sede en Roma de la Organización de las Naciones Unidas para la Agricultura y la Alimentación (FAO).
"El aplauso es para todos ustedes. Han hecho un gran trabajo", declaró la presidenta de la COP16, la ministra colombiana de Medioambiente Susana Muhamad.
"Nuestros esfuerzos muestran que el multilateralismo puede traer esperanza en un periodo de incertidumbre geopolítica", declaró el ministro canadiense de Medioambiente, Steven Guilbeault.
- 30% del planeta protegido -
El pacto permite, dijo Muhamad, "borrar un poco el fantasma de Cali". Esa ciudad reunió a 23.000 participantes a las puertas de la jungla colombiana pero terminó el 2 de noviembre sin acuerdo tras una noche de ásperas disputas.
La decisión marca el camino a seguir en materia de financiación dos años después de un acuerdo histórico para detener la destrucción de la naturaleza en esta década y proteger los ecosistemas y la fauna de los que dependen los seres humanos para su alimentación, la regulación del clima y la prosperidad económica.
También establece dos caminos de actuación para los próximos años: encontrar miles de millones de dólares de financiación adicional para la biodiversidad y decidir las instituciones que aportarán ese dinero.
Los países adoptaron también reglas e indicadores fiables que deben medir y verificar los esfuerzos de la humanidad para salvar la naturaleza de aquí a la COP17 en 2026, en Armenia.
Muhamad celebró que habían "dado brazos, piernas y músculos" al acuerdo de Kunming-Montreal, en virtud de la cual los países se comprometieron en 2022 a alcanzar 23 objetivos para detener la destrucción de la naturaleza antes de 2030.
El más emblemático de estos objetivos prevé colocar el 30% de las tierras y mares en áreas protegidas (frente al 17% y 8% actual, según la ONU).
Otro objetivo es aumentar el gasto en protección de la naturaleza a 200.000 millones de dólares anuales para 2030, incluidos 30.000 millones de ayuda de los países desarrollados a los países pobres (frente a unos 15.000 millones en 2022).
- Brasil, clave en las negociaciones -
El acuerdo alcanzado en Roma aplaza hasta 2028, durante la COP18, la decisión sobre si crear un nuevo fondo específico bajo la autoridad de la CBD, como lo reclaman los países africanos, o si reformar los instrumentos existentes, como el Fondo Mundial para el Medioambiente, para ser más accesibles para los países en desarrollo.
Con este marco financiero, "tenemos el plato, ahora nos falta encontrar la comida", dijo Daniel Mukubi, representante de la República Democrática de Congo, habitualmente inflexible en estas citas.
Naciones desarrolladas y en desarrollo ya se habían puesto de acuerdo en la urgencia de solucionar la deforestación, la sobrexplotación de recursos y la contaminación que amenazan la alimentación, la salud, el clima y la conservación de un millón de especies.
En Roma, sus delegaciones tenían la misión de evitar un nuevo fiasco para la diplomacia ambiental, debilitada por el estancamiento de las negociaciones sobre la contaminación plástica, las tensiones Norte-Sur sobre la financiación climática y el retraso en el abandono de los combustibles fósiles.
El jueves, un nuevo texto impulsado por Brasil en nombre de los BRICS -- el bloque de economías emergentes que incluye a Rusia, India y China -- proporcionó la base para una última declaración.
Es un acuerdo "histórico" que "allana el camino hacia el mecanismo financiero que esperamos desde hace más de 30 años", celebró la negociadora brasileña Maria Angelica Ikeda, crucial en la recta final de negociaciones.
Estas tuvieron lugar en un contexto marcado por las tensiones aduaneras, las crisis presupuestarias de países ricos como Francia y Alemania, el peso de la deuda de los países pobres y la congelación reciente de la ayuda al desarrollo estadounidense anunciada por el presidente Donald Trump.
Estados Unidos, que no firmó la CDB pero es un contribuyente financiero importante, renunció a participar en la reunión de Roma.
X.Welter--LiLuX