El Estado británico toma el control de un servicio ferroviario marcado por retrasos y cancelaciones
El Estado británico tomará el control de los servicios ferroviarios ofrecidos por la compañía privada TransPennine Express en el norte de Inglaterra y parte de Escocia tras una serie de retrasos y cancelaciones de trenes, anunció el jueves el gobierno.
El ministerio de Transportes informó de que el contrato de TransPennine no se renovará tras el 28 de mayo.
Los servicios que gestionaba la compañía pasarán entonces a manos de "un operador de último recurso", lo que significa que una empresa intervendrá en nombre del ejecutivo para hacerse cargo de la gestión.
"Tras meses en los cuales los viajeros y las empresas del norte fueron víctimas de constantes cancelaciones, he decidido colocar (los servicios de) TransPennine Express bajo el estatus de operador de último recurso", declaró el ministro de Transportes, Mark Harper.
Uno de cada seis trenes de esa compañía fue cancelado en marzo, la tasa más alta del Reino Unido, donde las líneas de ferrocarril son operadas por empresas privadas.
"No se trata de una solución milagrosa y no resolverá instantáneamente una serie de problemas", advirtió, culpando al sindicato de maquinistas Aslef, que lleva varios meses protagonizando huelgas salariales en varias compañías ferroviarias británicas, de impedir que TransPennine Express, propiedad de FirstGroup, preste un servicio completo.
"Aunque se han hecho algunos progresos en los últimos meses, se ha decidido que, para alcanzar los niveles de rendimiento que merecen los pasajeros y que necesita la economía del norte, el contrato (...) debe ser revisado", precisó el ministerio.
Pero la decisión de confiar estos servicios a un operador de último recurso es "temporal" y "el gobierno tiene la firme intención de devolverlos al sector privado", subrayó.
V.Bertemes--LiLuX