Fanático del fútbol, religioso, orador... las cinco caras de Erdogan
El presidente turco Recep Tayyip Erdogan, apodado "Reis" (Jefe) por sus partidarios, ha combinado diversas facetas -políticas, religiosas, populares- que pueden explicar su permanencia desde hace dos décadas en la cima de este estratégico país en el cual confluyen Europa, Medio Oriente y el Cáucaso.
Estas son algunas de las "caras" de este hombre tan adorado como odiado, que empezó como primer ministro y se convirtió en un autocrático "hiperpresidente" gracias a una Constitución hecha a su medida.
- Constructor -
Erdogan llenó Turquía de puentes, autopistas y aeropuertos, impulsando al país hacia el siglo XXI a gran velocidad y estimulando un crecimiento económico excepcional en su primera década en el cargo, que propició el surgimiento de una nueva clase media.
Varios proyectos ilustran la ambición megalómana del jefe de Estado --que hizo construir un palacio de más de mil habitaciones en una colina boscosa de Ankara--, como el tercer puente sobre el Bósforo y la estructura que cruza desde 2022 el estrecho de los Dardanelos (4,6 km), el puente colgante más largo del mundo.
La gigantesca mezquita de Camlica (30.000 plazas) en Estambul, con sus minaretes de 107 metros de altura, se suma al tercer aeropuerto de la ciudad, inaugurado en 2018, así como las líneas ferroviarias de alta velocidad, las centrales hidroeléctricas y térmicas y la primera central nuclear del país, inaugurada esta semana.
El "loco proyecto", según sus palabras, del Canal de Estambul (45 km de largo y 275 m de ancho), que quiere perforar en paralelo al Bósforo, sufre sin embargo de falta de fondos.
- Aficionado al fútbol -
En el barrio obrero de Kasimpasa, de Estambul, el joven Recep Tayyip Erdogan se crió en duras condiciones y, según cuenta la leyenda, se desahogaba dando patadas a un balón hecho de trapos y papel.
De adolescente, su elevada estatura (1,85 m) le convirtió en un delantero centro codiciado por clubes locales y se ganó ofertas de clubes profesionales como el prestigioso Fenerbahçe de Estambul.
Pero su padre, un austero marinero del Mar Negro, le obligó a cursar estudios religiosos.
Erdogan renunció al fútbol a regañadientes, pero permaneció cerca de los estadios, exhibiéndose junto a los mejores jugadores turcos.
En 2014, personas cercanas a su partido AKP (Partido de la Justicia y el Desarrollo, islamoconservador) adquirieron el club Basaksehir Istanbul, que ganó el campeonato nacional por primera vez en 2020.
- Hombre piadoso -
En la Turquía laica fundada por Mustafá Kemal Atatürk, Erdogan asistió a las primeras escuelas religiosas públicas que combinaban el estudio del Corán con asignaturas laicas.
Su formación en un colegio de predicadores influyó mucho en su ascenso.
El islam será un elemento movilizador de su electorado, al igual que su partido, el AKP.
Erdogan promueve la piedad, se erige en defensor de la familia, a la que considera amenazada por los movimientos de emancipación de la mujer y el colectivo LGTBQ+, y cuando era alcalde de Estambul (1994-1998) limitó la venta de alcohol.
Autorizó que las mujeres se cubriesen la cabeza con un pañuelo en la universidad y en la función pública.
En 2020, convirtió en mezquitas la antigua basílica de Santa Sofía y la antigua iglesia de San Salvador de Cora, en Estambul.
- Orador -
Erdogan ha sacado el máximo partido de su habilidad en el trato con las multitudes en directo y por televisión.
Es capaz de celebrar hasta ocho mítines en un día, arengando sin cesar, besando a bebés en el escenario o abrazando a ancianas.
Los medios progubernamentales retransmiten en directo todos sus discursos.
Según el Consejo Supremo de Radio y Televisión (RTÜK), entre el 1 de abril y el 1 de mayo, la televisión estatal TRT dio 32 horas de cobertura en directo a los discursos presidenciales y 32 minutos a su rival de la oposición, Kemal Kiliçdaroglu.
La reciente clasificación anual de la libertad de prensa de Reporteros sin Fronteras (RSF) situó a Turquía en el puesto 165 de 180, lo que supone una caída de 16 puestos en un año.
- Negociador internacional -
Erdogan supo utilizar la posición única de Turquía entre Europa y Oriente Próximo y convertirse en guardián de la orilla sur del Mar Negro.
Desde el comienzo de la ofensiva rusa en Ucrania, a pesar de que Turquía es miembro de la OTAN, Erdogan se mostró cuidadoso de sus relaciones con ambas partes y mantuvo contacto con su homólogo Vladimir Putin, de quien depende para las necesidades energéticas del país.
En cambio, se ha enemistado con la mayoría de sus vecinos: de la Siria de Bashar Al Asad hasta el Egipto del mariscal Al Sisi, pasando por Grecia, Irak, Israel y los países del Golfo.
Pero en los últimos dieciocho meses emprendió una vasta campaña de reconciliación con la mayoría de ellos.
P.O.Ferreira--LiLuX