Lasso, el acorralado timonel de la derecha en Ecuador
Obstinado, el exbanquero Guillermo Lasso persiguió la presidencia de Ecuador por casi una década. Era el llamado a sepultar a la izquierda de su país, pero terminó firmando el final anticipado de su frágil gobierno de derecha.
Sin respaldo en el Legislativo y al filo de la destitución en un juicio en el Congreso por presunta corrupción, el mandatario prefirió anticiparse y disolver el Congreso, cortando de raíz los planes de su mayor enemigo: el poderoso correísmo, las fuerzas afines al expresidente socialista Rafael Correa (2007-2017), que eran mayoría en el hemiciclo.
Con ello también puso fecha de caducidad a su gobierno, que seguirá a flote mientras Ecuador, en un plazo de tres meses, elige un nuevo mandatario.
El Congreso opositor "tiene como proyecto político la desestabilización del gobierno, de la democracia y del Estado", dijo Lasso, de 67 años, al ordenar su disolución, en un procedimiento conocido como "muerte cruzada".
Conservador pero sobre todo anticorreísta, el exbanquero asumió el cargo para cuatro años en mayo de 2021, luego de dos derrotas en las urnas.
Entonces, hizo suya la sentencia de que "el que persevera, alcanza".
Y la tercera fue la vencida para el miembro del Opus Dei, que se ufana de haber logrado una masiva vacunación contra el covid-19 en un tiempo récord.
Lasso llegó al poder con un mensaje de cambio pero rápidamente cayó en desgracia: más de una decena de masacres carcelarias, el crecimiento de la inseguridad y el narcotráfico y violentas protestas sociales por el alto costo de vida le pusieron la soga al cuello.
Sin embargo, en junio del año pasado salió airoso de un primer intento de la Asamblea Nacional por destituirlo en medio de manifestaciones lideradas por indígenas, que dejaron seis muertos.
- En picada -
Lasso asumió con una imagen remozada y un mensaje de renovación luego de la década del "socialismo del siglo XXI" que impulsó Correa, quien al terminar su mandato se mudó a Bélgica, donde permanece asilado. Popular a lo largo de su mandato, el izquierdista terminó implicado en escándalos de corrupción.
Ya en el cargo, la figura personal de Lasso volvió a ser la de un exbanquero formal, acartonado. Eso sí, mantuvo su ímpetu contra el correísmo, que a cambio lo puso contra las cuerdas en el juicio político que quedó inconcluso.
En sus dos años de gobierno, el mandatario ha ido perdiendo "legitimidad" de una manera acelerada al punto que "9 de cada 10 ecuatorianos no le creen y está bajo presunción de corrupción", dijo a la AFP Paulina Recalde, quien dirige la encuestadora Perfiles de Opinión.
La credibilidad del mandatario pasó del 70% al inicio de su gobierno al 10%.
La caída fue evidente cuando llamó a una consulta popular en febrero con la que pretendía instaurar la extradición para combatir la criminalidad.
Los electores le dieron la espalda a esa y otras siete propuestas, que incluían temas como la reducción del número de diputados y el pago de compensaciones para quienes protejan el medioambiente.
- Un pasado que incomoda -
Señalado por organizaciones sociales de estar alejado de los problemas reales de los ecuatorianos, Lasso ha priorizado en su gobierno los acuerdos de libre comercio como el firmado con China recientemente.
Es "un gobierno que nunca se planteó la necesidad de construir un Estado que precautele derechos y servicios", comentó a la AFP Santiago Cahuasquí, politólogo de la Universidad SEK en Quito.
Casado con María de Lourdes Alcívar y padre de cinco hijos, Lasso ha visto su salud deteriorarse a lo largo de su mandato: cirugías por un quiste en la columna que le obligaba a usar bastón, cáncer de piel y una fractura en la pierna.
Si bien el jefe de Estado nunca llegó a completar sus estudios de Economía, es un experimentado empresario que se precia de haber trabajado desde los 15 años para financiar sus estudios en un colegio católico.
Entonces "anotaba en una pizarra las cotizaciones de las acciones" en la Bolsa de Valores de su natal Guayaquil (suroeste), ha relatado.
De una familia de clase media, es el último de 11 hermanos y adquirió fama como banquero, escalando hasta la presidencia del Banco de Guayaquil, uno de los más importantes de Ecuador.
Sus opositores también le reclaman por ese pasado de hombre de negocios. Hacia finales de la década de 1990 fue secretario de Estado (superministro) de Economía del expresidente Jamil Mahuad (1998-2000), derrocado en medio de una crisis financiera nacional, que ocasionó que cientos de miles de ecuatorianos migraran hacia Estados Unidos, España e Italia, principalmente.
L.Olinger--LiLuX