Un ministro israelí de ultraderecha visita la Explanada de las Mezquitas en Jerusalén
El ministro israelí de Seguridad Interior, el ultraderechista Itamar Ben Gvir, visitó este domingo la Explanada de las Mezquitas de Jerusalén, en la parte oriental de la ciudad anexionada por Israel, un gesto tachado de "provocación" por los palestinos y por Jordania.
La visita a lo que los judíos llaman el Monte del Templo se produjo poco después del "Día de Jerusalén", que conmemora la "reunificación" de la ciudad tras la conquista en 1967 de la parte oriental, de mayoría palestina, por parte de Israel.
Ben Gvir estuvo escoltado por policías y su visita se desarrolló sin incidentes, precisó el portavoz de la policía de Jerusalén.
"Las amenazas de Hamás no nos disuadirán, he ido al Monte del Templo", escribió el ministro en su cuenta de Telegram, acompañando el texto con una fotografía de su visita a este lugar santo para el islam y el judaísmo.
Horas después de la visita, y de manera excepcional, el gobierno israelí celebró su reunión semanal en los túneles que hay bajo el Muro de los Lamentos, que están junto al subsuelo de la Explanada, un lugar muy sensible para los palestinos.
Los palestinos temen que el uso de esos túneles como un museo pueda amenazar los cimientos de Al Aqsa.
"Jerusalén es nuestra, ¡unida para siempre!", escribió en Facebook el primer ministro israelí, Benjamin Netanyahu, acompañando el mensaje de unas fotos del encuentro subterráneo.
En virtud del statu quo histórico concluido en torno a la explanada tras la conquista de Jerusalén Este por Israel en 1967, los no musulmanes pueden ir a este lugar a horas precisas pero no pueden rezar, una norma cada vez menos seguida por algunos judíos nacionalistas.
La explanada está administrada por Jordania, pero su acceso está controlado por las fuerzas de seguridad israelíes.
El movimiento islamista palestino Hamás, que gobierna la Franja de Gaza, advirtió que Israel es "responsable de las incursiones bárbaras de sus ministros" y señaló que el gesto de Ben Gvir "confirma la amplitud del peligro que se cierne sobre (la mezquita de) Al Aqsa, con este gobierno fascista sionista".
- "Peligrosa e inaceptable" -
Jordania también condenó la visita y la calificó de "provocadora" y de "escalada peligrosa e inaceptable", en palabras de la cancillería.
"Representa una violación flagrante e inaceptable del derecho internacional, y del statu quo legal e histórico de Jerusalen y de sus sitios sagrados", señaló el portavoz del Ministerio jordano de Exteriores, Sinan Majali.
La oficina del primer ministro palestino, Mahmud Abas, advirtió que "dañar la mezquita de Al Aqsa es jugar con fuego".
Eso "empujará a la región a una guerra religiosa de inimaginables consecuencias que afectarán a todo el mundo", declaró el portavoz de Abas, Nabil Abu Rudeineh, en un comunicado divulgado por la agencia de noticias palestina Wafa.
Los palestinos y los países árabes llevan tiempo criticando las visitas realizadas a ese lugar por parte de nacionalistas judíos.
El momento elegido para la visita de este domingo también reviste cierta importancia, pues se produjo días después de que nacionalistas judíos desfilaran por las calles de la Ciudad Vieja para conmemorar la toma de Jerusalén Este por parte de las fuerzas israelíes durante la Guerra de los Seis Días, en 1967.
Los palestinos se vieron obligados a cerrar sus negocios y se les apartó de las calles por donde debía pasar la marcha para dejar paso a los israelíes.
El evento, celebrado el jueves, estuvo salpicado de incidentes violentos contra palestinos y periodistas, y Estados Unidos condenó que se hubieran entonado "cánticos de odio como 'muerte a los árabes'".
También tuvo lugar tras la tregua alcanzada el 13 de mayo entre Israel y los activistas de Yihad Islámica en la Franja de Gaza, que puso fin a cinco días de enfrentamientos en la frontera, que costaron la vida a 34 palestinos y a una israelí.
L.Olinger--LiLuX