Anuncian tregua en Sudán, pero siguen los combates entre generales rivales
Nuevos combates estallaron este domingo en Jartum, la capital de Sudán, horas después de anunciarse una tregua de una semana que debe iniciarse el lunes y fue aceptada por el ejército y los paramilitares, enfrascados en una lucha por el poder.
Los mediadores estadounidenses y sauditas anunciaron que, tras dos semanas de negociaciones en Yeda, los bandos rivales llegaron a un acuerdo de alto el fuego durante siete días "que entrará en vigor a las 21H45 de Jartum (19H45 GMT) el 22 de mayo".
Sin embargo, decenas de treguas han sido violadas desde que comenzaron los combates hace cinco semanas.
"No confiamos en ellos: cada vez que anuncian una tregua retoman los combates inmediatamente", explicó Adam Issa, comerciante de Darfur, región del este del país más asolada por los enfrentamientos, junto con Jartum.
Desde que empezaron los combates el 15 de abril entre el ejército, dirigido por el general Abdel Fatah al Burhan, y los paramilitares de las Fuerzas de Apoyo Rápido (FAR), del general Mohamed Hamdan Daglo, cerca de mil personas han muerto y más de un millón han tenido que abandonar sus casas.
Las infraestructuras de este país de África Oriental, uno de los más pobres del mundo, pagaron un alto precio.
Casi todos los hospitales de Jartum y Darfur ya no pueden operar, y los médicos denuncian los bombardeos aéreos o de artillería a centros de salud.
La mayoría de los cinco millones de habitantes de la capital, encerrados en sus casas, no tienen agua ni electricidad, y los grupos humanitarios piden corredores para llevar víveres, medicamentos y combustible.
En Jartum, los habitantes explican como sus casas fueron saqueadas u ocupadas por paramilitares.
- Poder ver a un médico -
"Contrario a previos ceses al fuego, el acuerdo alcanzado en Yeda fue firmado por las partes y apoyado por un mecanismo internacional de monitoreo estadounidense-saudita", aseguraron Riad y Washington.
Hussein Mohamed, habitante de Jartum, espera que respeten esta tregua. "Así podré llevar a mi madre al médico: lo tiene que ver cada semana, pero no hemos podido ir desde el 13 de abril", contó a AFP.
Burhan y Daglo realizaron un golpe de Estado en 2021 para expulsar a los civiles del poder, pero la reciente lucha entre ambos por el control del país sumió a Sudán en el caos.
El viernes, el general Burhan destituyó al general Daglo de su puesto de adjunto en el Consejo de soberanía, a quien reemplazó por Malik Agar, un antiguo rebelde, y también nombró a tres de sus apoyos más leales en el alto mando del ejército.
Agar anunció el sábado en un comunicado que desea "parar la guerra y sentarse a la mesa de negociaciones", pero exige la integración de las FAR al ejército regular, punto de discordia que desató la guerra.
"La estabilidad de Sudán no podrá ser restablecida sino por un ejército profesional unificado", indicó.
En Sudán, más de una persona de cada dos necesita ayuda humanitaria, una cifra nunca vista en ese país de 45 millones de habitantes.
La ONU calcula que si la guerra continúa, un millón más de sudaneses podrían refugiarse en los países vecinos, que temen un efecto contagio.
H.Lentz--LiLuX