Erdogan busca su reelección tras 20 años de poder en segunda vuelta de presidenciales
Los turcos votaban este domingo en la segunda vuelta de las elecciones presidenciales, en la que el actual jefe del Estado, el islamista Recep Tayyip Erdogan, busca la reelección tras 20 años en el poder, frente al socialdemócrata Kemal Kiliçdaroglu.
Los colegios electorales abrieron a las 08H00 locales (05H00 GMT) con largas filas y cerrarán a las 17H00 (14H00 GMT).
En total, 60 millones de turcos podrán decidir si extienden cinco años más el mandato de Erdogan, que parte con una clara ventaja en esta inédita segunda vuelta.
Pese a todo, Ersin Avci, una vendedora de 32 años que fue a votar temprano en Estambul, aún espera un "milagro".
"Nos decepcionó mucho que Kiliçdaroglu no ganara en la primera vuelta, y nos sorprendió. Pero seguimos teniendo esperanzas", declaró.
En la primera vuelta hace dos semanas, Erdogan, del Partido de la Justicia y el Desarrollo (AKP, islamoconservador), obtuvo el 49,5% de los votos.
Kiliçdaroglu, al frente de una coalición de seis partidos, ocupó el segundo lugar con 45% de los sufragios.
Los últimos sondeos apuntan a que el actual jefe de Estado, que obtuvo el apoyo del candidato ultranacionalista Sinan Ogan, tercero con 5% de los votos, mantendrá la misma diferencia porcentual en la segunda vuelta.
- Dos visiones de país -
La ventaja de Erdogan en la primera vuelta se consiguió a pesar de la importante inflación que golpea el país -- superó el 85% en otoño -- y el devastador terremoto que azotó la nación hace tres meses.
"Votaré por Erdogan. No hay nadie como él", dijo Emir Bilgin, de 24 años, en un colegio electoral de un barrio obrero de Estambul.
Dos visiones del país se enfrentan en estas elecciones.
Por un lado, Kiliçdaroglu, de 74 años, promete restaurar la democracia, la independencia de la justicia y de la prensa tras dos décadas de gobierno de Erdogan.
El candidato socialdemócrata lidera una coalición de partidos que abarca desde la derecha nacionalista hasta el centro-izquierda liberal y que recibió el respaldo del partido prokurdo HDP.
Pero el economista de formación no logró aprovechar la grave crisis económica que está haciendo mella en los hogares y los jóvenes turcos.
Por otro, el presidente Erdogan, quien prometió la estabilidad y cuya consolidación en el poder rivaliza con la de los sultanes otomanos.
Los comicios en Turquía, de 85 millones de habitantes y miembro de la OTAN, son observados de cerca tanto por las potencias occidentales como por los países de Oriente Medio debido a su papel geopolítico clave.
- Un millón de observadores -
Tras la primera vuelta, Kiliçdaroglu apareció más ofensivo y menos sonriente que al inicio de su campaña.
Al carecer de acceso a los principales medios de comunicación, batalló en Twitter mientras sus partidarios trataban de movilizar a los votantes yendo de puerta en puerta.
En juego estaban 8,3 millones de electores que no votaron el 14 de mayo, pese a una cifra de participación del 87%.
Erdogan multiplicó los encuentros y se apoyó en las transformaciones que trajo al país desde que llegó al poder como primer ministro en 2003, y luego como presidente desde 2014.
El presidente ha subido el salario mínimo tres veces en un año y ha multiplicado sus promesas de campaña, como las becas gratuitas prometidas en el último minuto a los estudiantes de luto tras el terremoto.
En uno de sus últimos actos de campaña, acudió el sábado a la tumba de su modelo político, el antiguo primer ministro nacionalista-islamista Adnan Menderes, depuesto y ahorcado por los militares en 1961.
El domingo es "un día especial para todos nosotros", lanzó el sábado. "Se acabó el tiempo de los golpes de Estado y de las juntas", añadió.
En el barrio residencial de Sisli, en Estambul, Özer Atayolu, un ingeniero jubilado de 93 años, fue uno de los primeros en llegar para votar.
"Siempre llego pronto para votar el primero porque creo en la democracia y en mi responsabilidad como ciudadano", dijo.
En Ankara, la capital, Zerrin Alan, de 55 años, declaró que estaba "tan emocionada (que) no podía dormir". "Espero que estas elecciones no estén amañadas", añadió.
Para ello, la oposición prevé desplegar "cinco observadores por urna", es decir, un total de un millón de personas para vigilar el escrutinio.
Salvo sorpresa, los resultados se esperan para el domingo por la noche.
P.O.Ferreira--LiLuX