Críticas al tratado internacional contra las pandemias por su falta de ambición
Las negociaciones para un acuerdo internacional contra futuras pandemias se aceleran pero algunos participantes temen que sea poco ambicioso para luchar contra las desigualdades en el acceso a los medicamentos, reveladas por el covid-19.
Esa pandemia evidenció los fallos del sistema sanitario mundial, y los 194 países miembros de la Organización Mundial de la Salud (OMS) decidieron negociar un texto jurídicamente vinculante para hacerle frente a la próxima catástrofe, o incluso prevenirla.
En la ceremonia de clausura de la asamblea anual de la OMS el martes en Ginebra, su director general, Tedros Adhanom Ghebreyesus, instó a los países a "negociar un acuerdo sólido".
"Somos la generación que vivió la pandemia de covid-19, por lo que debemos ser la generación (...) que aporte los cambios para garantizar la seguridad de las generaciones futuras", dijo.
El proceso, que está apenas en sus inicios, tiene el ambicioso objetivo de alcanzar un acuerdo final de aquí a mayo de 2024.
Pero los críticos ya advierten que las revisiones al documento base de las negociaciones están debilitando su alcance, sobre todo en lo que respecta al acceso a las vacunas y otros productos médicos.
Se trata de una desigualdad entre países ricos y pobres que costó incontables vidas durante la pandemia debido a la falta de acceso a las vacunas o incluso al oxígeno médico.
"Creo que es un verdadero retroceso", declaró a AFP Suerie Moon, codirectora del Global Health Center del Instituto Universitario de Ginebra.
Si los países más pobres no ven garantías sólidas de que estarán mejor protegidos en la próxima pandemia, "creo que existe un riesgo real de que se retiren" de las conversaciones, advirtió.
El texto revisado presentado la semana pasada por el Órgano Intergubernamental de Negociaciones (INB), encargado de conducir el proceso negociador, es una síntesis de una multitud de propuestas de numerosos países miembros. Identifica las áreas en las que está surgiendo un consenso y propone diversas opciones sobre las cuestiones más controvertidas.
- Puede mejorar -
Para algunos observadores, este proyecto que se examinará en la próxima ronda de debates del INB a mediados de junio, es más "limpio" pero también más débil en algunos puntos importantes.
Algunas oenegés deploran en especial que suprime una mención que obliga a las empresas privadas que reciben fondos públicos para su investigación y desarrollo a ser transparentes en su fijación de precios y transferir su tecnología a los países más pobres.
En su lugar, el proyecto en su versión actual llama a los países a esforzarse por promover el intercambio de conocimientos técnicos y la transparencia "de conformidad con la legislación nacional y según proceda".
"Las medidas voluntarias son insuficientes", sostuvo Luis Villarroel, de la ONG Innovarte, que trabaja para promover un sistema de propiedad intelectual equilibrado.
El texto es "muy débil", afirmó.
Mohga Kamal-Yanni de la People's Vaccine Alliance, que combate les desigualdades de acceso a las vacunas, también consideró que el texto es "débil" en las modalidades prácticas de garantizar el acceso equitativo.
"El covid-19, y antes el vih, mostraron claramente que no podemos depender de la buena voluntad de las empresas farmacéuticas para asegurar un acceso equitativo", destacó la activista en un comunicado.
- Urgencia -
También hay elementos en el texto que probablemente no convienen a la industria farmacéutica, pero que son importantes a los ojos de los países menos ricos, como la idea de vincular el reparto de recursos genéticos con fines de investigación a la obligación de compartir los frutos en forma de regalías, transferencia de tecnología o de los propios medicamentos.
Ese concepto de un mejor reparto de recursos genéticos figura, por ejemplo, en el reciente tratado de la ONU sobre alta mar.
La Federación Internacional de Asociaciones Fabricantes de Productos Farmacéuticos (IFPMA) teme que una obligación de ese tipo pueda frenar el intercambio de datos.
"Seguimos preocupados por el hecho de que se tomen decisiones que acabaremos lamentando en caso de una futura pandemia", declaró el jefe de la IFPMA, Thomas Cueni, en un comunicado enviado a AFP.
J.K.Gengler--LiLuX