Lula llama a superar divisiones "ideológicas" en cita con pares de Suramérica
El presidente brasileño, Luiz Inácio Lula da Silva, llamó este martes en Brasilia a superar las divisiones "ideológicas" y recomponer el diálogo entre los países de Suramérica, en la primera reunión de mandatarios del continente en casi una década.
Desde que volvió al poder en enero, Lula ha intentado devolver el protagonismo de Brasil en la escena internacional y ahora pretende relanzar la integración regional a través de una nueva versión de Unasur, de la que solo quedan siete de los 12 miembros fundadores.
"Dejamos que las ideologías nos dividieran e interrumpieran esfuerzos de integración, abandonamos canales de diálogo y mecanismos de cooperación, y con eso todos perdimos", afirmó Lula en su discurso de apertura antes de una reunión a puerta cerrada con los demás líderes en el palacio de Itamaraty, sede de la cancillería.
"Los elementos que nos unen están por encima de las diferencias ideológicas", añadió.
El gobierno del ultraderechista Jair Bolsonaro (2019-2022) "cerró nuestras puertas a socios históricos" y "optó por el aislamiento" internacional, perjudicando la relación con los vecinos, dijo Lula.
Once mandatarios participan del encuentro, que el anfitrión izquierdista definió como un "retiro" para hablar de forma distendida y con franqueza.
A la cita asisten el presidente de Venezuela, Nicolás Maduro, el argentino Alberto Fernández, el chileno Gabriel Boric, el colombiano Gustavo Petro, el paraguayo Abdo Benítez, el ecuatoriano Guillermo Lasso, el boliviano Luis Arce, el uruguayo Luis Lacalle Pou y el surinamés Chan Santokhi.
Perú está representado por el jefe de gabinete, Alberto Otárola.
"América Latina tiene que jugar un papel unido, tener una voz unificada", dijo Petro a periodistas al llegar a Itamaraty.
Los mandatarios mantendrán dos sesiones: primero, con pronunciamientos individuales, y luego para un debate informal, seguido de una cena en la Alvorada, residencia oficial del mandatario brasileño.
Sin agenda preestablecida, se espera que dialoguen sobre un nuevo mecanismo regional de integración y también sobre cooperación en asuntos como energía y combate al crimen transnacional. Aún no anunciaron si habrá una declaración final conjunta.
"Aunque es poco probable que surjan visiones innovadoras sobre el futuro de Suramérica o anuncios para promover la integración regional, tan solo un diálogo básico entre los jefes de Estado es un progreso genuino", escribió Oliver Stuenkel, profesor de Relaciones Internacionales en la Fundación Getulio Vargas, en la publicación Americas Quarterly.
- "El regreso de Maduro" -
Maduro fue el primero en llegar a Brasil y fue recibido el lunes con honores por Lula. Juntos anunciaron el inicio de una "nueva época" en la relación entre sus países.
El mandatario venezolano visita el país por primera vez en ocho años, luego de haber sido vetado por Bolsonaro, en medio de la política de aislamiento internacional liderada por Washington al cuestionar la legitimidad de la reelección de Maduro en 2018.
La aplicación de sanciones contra el país petrolero y las continuas denuncias de violaciones de derechos humanos erosionaron también las relaciones de Caracas con sus vecinos.
"Es el inicio del regreso de Maduro" al plano regional, y el encuentro con los demás líderes será "la vuelta de la integración de América del Sur", dijo el lunes Lula, definiendo el momento como "histórico".
Maduro dijo que llevará a la reunión su pedido de que se "solicite al gobierno de Estados Unidos el levantamiento de todas las sanciones contra Venezuela".
- Integración "diferente" -
Un encuentro entre los líderes suramericanos no ocurría desde 2014 en Quito, durante la cumbre de Unasur.
Creada en 2008 por Lula (2003-2010) y el venezolano Hugo Chávez para contrarrestar la influencia norteamericana en la región, la Unión de Naciones Sudamericanas fue criticada durante años por algunos por tener un sesgo izquierdista.
Y luego de triunfos conservadores en las urnas, inestabilidades políticas internas y las desavenencias entre países por la crisis venezolana, el bloque quedó prácticamente paralizado, sin presupuesto y sin sede.
Un nuevo mecanismo de integración "puede funcionar de manera diferente", dijo Lula.
D.Adrovic--LiLuX