Trump, una víctima política para clientes del restaurante cubano que visitó en Miami
Elizabeth González almuerza este miércoles en Versailles, el restaurante cubano de Miami que Donald Trump visitó la víspera tras su comparecencia ante un tribunal federal. Como la mayoría de los clientes, esta jubilada opina que el expresidente estadounidense es víctima de una persecución política.
"Esta acusación contra Donald Trump es un tema político para hacerle daño a los republicanos y a él", dice esta mujer de 74 años nacida en Cuba. "Lo que está sucediendo es copiado de países latinoamericanos. Se nos está trasladando acá".
El martes, después de declararse no culpable de gestionar de forma negligente secretos de Estado, Trump no perdió la ocasión de rodearse de un grupo de seguidores en el Versailles antes de abandonar Miami. Una visita al corazón de la Pequeña Habana con la mirada puesta en las presidenciales de 2024.
El autoproclamado restaurante cubano más famoso del mundo es un símbolo del exilio cubano y la oposición al gobierno comunista de la isla. Por sus salones de estilo rococó han pasado presidentes estadounidenses como el demócrata Bill Clinton y los republicanos George W. Bush o el propio Trump.
Todos muy conscientes de la importancia del voto cubanoestadounidense y latino en el sur de Florida.
En la terraza del Versailles, Hector Schwerert celebra la visita del exmandatario y deplora lo que considera una jugada política contra el favorito de la nominación republicana para 2024.
"Es muy significativo que haya venido a este lugar emblemático para todos los cubanos y que sea su primera parada después de su comparecencia", dice este veterano del ejército estadounidense nacido en Cuba hace 69 años.
"No me cabe la menor duda que el fiscal (del caso de los documentos confidenciales Jack) Smith fue seleccionado por el fiscal general del Estado para buscar una acusación contra el principal candidato del Partido Republicano", añade. "Nos estamos pareciendo mucho a una República bananera".
A pocos metros de él, Hermes Pernía, un obrero de la construcción venezolano tampoco tiene ninguna duda sobre el supuesto carácter político de la acusación contra Trump.
"Esto es porque no quieren que él sea el candidato, porque saben que va a ganar", asegura este hombre de 44 años.
"Como venezolano, sé que lo que está pasando es igual que en mi país. Lo están apartando. Es lo mismo que en Latinoamérica", afirma.
En el restaurante, la mayoría coincide con unas declaraciones que hizo una portavoz de Trump, Alina Habba, el martes a la puerta del tribunal: "La persecución, el enjuiciamiento, de un opositor político destacado es el tipo de cosas que se ven en dictaduras como Cuba y Venezuela".
A Jorge Castro, el único entrevistado que se declara votante demócrata, las comparaciones con los gobiernos cubano y venezolano le parecen poco serias.
"El indictment (acta de acusación) ha sido sólido, bien descriptivo, y la probabilidad de que (Trump) sea encontrado culpable es grande", opina este jubilado de 75 años, que llegó desde Cuba en 1961.
"En este caso ninguno de los que apoyan a Trump ha dicho que él no es culpable, sino simplemente que se ha hecho esto para eliminarlo políticamente. Y eso no es cierto", añade.
U.Kremev--LiLuX