Exiliados hongkoneses temen por su seguridad en el Reino Unido
En 2021, los artistas Lumli y Lumlong huyeron de Hong Kong sin decírselo a nadie por miedo a ser denunciados y detenidos. Incluso en Londres, la pareja se siente amenazada por Pekín, como muchos otros hongkoneses exiliados en el Reino Unido.
Tras la represión del movimiento prodemocrático y la imposición desde Pekín de una draconiana ley de seguridad nacional en la ciudad, el gobierno británico concedió 166.000 visas a residentes de su excolonia desde principios de 2021.
Esto les permite vivir y trabajar en el Reino Unido durante cinco años y después solicitar la nacionalidad británica.
Sin embargo, está reservado a los titulares de un "pasaporte británico de ultramar", expedido a los hongkoneses que nacieron antes de la retrocesión del territorio a China hace 26 años, el 1 de julio de 1997.
Entre quienes encontraron refugio en el Reino Unido se encuentra esta pareja, ambos de 43 años, que se identifican por sus nombres artísticos y guardan en su pequeño apartamento londinense cuadros en que retrataron la violenta represión de las manifestaciones prodemocráticas.
Tras una exposición en Hong Kong en mayo de 2021, "el partido comunista chino nos acusó de violar la ley de seguridad nacional (...) la policía vino a nuestro estudio para asustarnos", recuerda Lumlong. "Tarde o temprano, nos iban a detener", añade su esposa.
Tardaron dos semanas en conseguir la visa británica. Una vez en Londres, aliviados, comunicaron a sus amigos y familiares que se habían ido.
"Pero ni siquiera aquí estamos completamente a salvo", dice Lumlong. "Hay muchos informadores", asegura.
A principios de junio el gobierno británico ordenó a China el cierre de sus "comisarías" clandestinas en el Reino Unido.
Pekín replicó que no disponía de ninguna comisaría clandestina, sino que gestiona unos centros que ofrecen servicios administrativos.
El grupo de defensa de los derechos humanos Safeguard Defenders dijo en un informe que estas "comisarías" repartidas por ciudades de todo el mundo fueron empleadas para vigilar a opositores.
- Pirateo -
Esta pareja denuncia que periodistas progubernamentales chinos visitaron sus exposiciones en Londres, tras lo cual Lumli y Lumlong fueron acusados de haberse aliado con "fuerzas extranjeras".
"Pocos días después, piratearon nuestras cuentas de Instagram y Facebook. Perdimos nuestros contactos", asegura Lumli. "Nuestra foto fue sustituida por la bandera del grupo yihadista Estado Islámico y cambiaron el nombre de la cuenta", denuncia su marido.
"Si el gobierno británico no se muestra firme contra el Partido Comunista Chino, nunca estaremos a salvo", afirma.
La comunidad hongkonesa se vio conmocionada en octubre por el apaleamiento de un manifestante en el consulado chino de Mánchester, en el norte de Inglaterra.
Imágenes de vídeo mostraron cómo unos individuos salían del consulado para destruir las pancartas de los manifestantes y, a continuación, un activista prodemocracia hongkonés era arrastrado al interior del recinto diplomático y golpeado. El propio cónsul general se vio implicado.
El Reino Unido llamó entonces al orden a Pekín sobre el derecho a manifestarse en suelo británico, mientras China afirmaba que unos "alborotadores" habían entrado "ilegalmente" en la sede consular.
- Pesadillas -
"Nuestra comunidad está sometida a una represión transnacional", acusa Simon Cheng, fundador de la organización Hongkongers in Britain.
Este exempleado del consulado británico en Hong Kong asegura haber sido detenido durante 15 días y torturado por la policía china en agosto de 2019. Después obtuvo el asilo en el Reino Unido.
Asegura tener "a veces la impresión de que me siguen, me ponen micrófonos, me vigilan". Y teme que la policía china "encuentre la manera" de detenerlo y enviarlo "de vuelta a Hong Kong o China". Esto le produce pesadillas.
En cambio, otro disidente entrevistado por la AFP describe la paz y la tranquilidad de su nueva vida, con mujer e hijo, en una pequeña localidad inglesa desde 2020.
"Nos fuimos porque la democracia estaba retrocediendo en Hong Kong. No queríamos esa vida para nuestro hijo", afirma. Encontró trabajo bastante rápido, gana menos pero les basta para vivir. No se arrepiente de haberse ido.
Aquí este cuadragenario, que participó en las manifestaciones de 2019, dice sentirse seguro.
"Lo que pasa en Londres o Mánchester no podría pasar aquí. Y no creo que haya mucha gente de China continental por aquí", explica. Sin embargo, no quiere dar su nombre ni precisar su ubicación.
Contactada por la AFP, la embajada de China en el Reino Unido no respondió a la petición de comentarios.
Y.Erpelding--LiLuX