Renovar la flota pesquera europea, un desafío caro y de largo recorrido
La Unión Europea busca renovar su envejecida flota pesquera, cuya enorme factura energética socava su rentabilidad, en una transición que se anuncia larga, tecnológicamente compleja y muy costosa.
Con unas embarcaciones de 30 años de media, "el gran desafío es modernizar la flota", lo que permitiría frenar la pérdida de atractivo del oficio entre los jóvenes, pero también garantizar la supervivencia del sector, resumió el martes el comisario (ministro) europeo de Medio Ambiente, Virginijus Sinkevicius, en quien recae el dosier de la pesca.
Se trata del cambio climático, ya que la UE aspira a la neutralidad en emisiones de carbono para 2050, pero también de garantizar "una pesca más sostenible y rentable", insistió al margen de una reunión de ministros de Pesca de la UE en Vigo (España).
El precio del gasóleo marino se más que duplicó en 2022, representando el 35% de los ingresos del sector, frente al 13% en 2020. Las necesidades energéticas de la industria pesquera están asociadas principalmente a la tracción de los motores y a la conservación de las capturas a bordo.
Además, las tecnologías innovadoras "están en fase de prueba, no existen a gran escala, ni a precios accesibles", admitió Sinkevicius.
Se están estudiando motores eléctricos, híbridos, de hidrógeno o de agrocombustible, muchos de los cuales requieren costosas infraestructuras portuarias.
De momento, el Fondo Europeo de Pesca (FEAMPA), dotado con 6.100 millones de euros (6.840 de dólares) para el periodo 2021-2027, servirá para financiar la instalación de motores más eficientes en combustible en los buques existentes, o la optimización de las artes de arrastre (con mallas más grandes o menos contacto con el fondo) para consumir menos energía.
Pero para que esto sea eficaz, hay que "revisar" las limitaciones muy estrictas que impone Bruselas a la capacidad de las embarcaciones, para tener en cuenta el espacio forzosamente más voluminoso de estas nuevas motorizaciones, observó el ministro español de Agricultura y Pesca, Luis Planas.
Según un informe publicado en febrero por la ONG Oceana, reducir la velocidad en medio nudo también ahorraría un 15% de combustible... a costa de una reducción de las capturas.
Sobre todo, la ONG pide la prohibición de la pesca de arrastre de fondo, la técnica pesquera que más combustible consume en litros por kilo de pescado desembarcado y que libera el carbono atrapado en el fondo marino; pero los esfuerzos de Bruselas por restringir esta práctica se han topado con las protestas de Madrid y París.
- Acabar con tabúes -
El consenso general es que es inevitable renovar a fondo la flota.
"Para nuestros buques envejecidos, un simple cambio de motor no es realista ni suficiente para lograr la descarbonización: sería como transplantar un corazón a un nonagenario. Y las nuevas tecnologías de propulsión exigirán una revisión completa", advierte Daniel Voces, director general de Europêche, la principal organización del sector.
Pero será difícil que las empresas pesqueras, sobre todo las pequeñas y medianas, ya sometidas a presiones económicas, se comprometan a comprar nuevos barcos sin ayudas.
Sin embargo, el FEAMPA no contempla conceder ayudas para la construcción de nuevos barcos, un "tabú" con el que hay que acabar, reclamó Planas, que cree necesario aumentar la financiación pública en el próximo presupuesto plurianual de la UE para atraer la inversión privada.
Pierre Karleskind (Renovar, centro), Presidente de la Comisión de Pesca del Parlamento Europeo, considera que la FEAMPA es insuficiente para hacer frente a las colosales sumas en juego, y defiende el recurso al Banco Europeo de Inversiones (BEI)... que, sin embargo, no puede conceder préstamos a las empresas pesqueras.
"Hay que eliminar este obstáculo", afirma. Por el momento, "no se trata de dedicar un nuevo fondo" a la compra de buques, sino "más bien de utilizar todas las herramientas financieras existentes" para apoyar la investigación y "crear una dinámica", subraya Sinkevicius, estimando que "la transición también deberá ser financiada por el propio sector".
Otro punto de los debates en Vigo fueron las generosas subvenciones a los combustibles fósiles utilizados en la pesca, criticadas por las oenegés ecologistas, que consideran que su mantenimiento desincentiva la ecologización de las prácticas pesqueras.
"Es un gran tabú. No podemos escapar a eliminarlas, pero tenemos que hacerlo de forma inteligente, en paralelo a la transición: si acabamos con las subvenciones de la noche a la mañana, estamos matando a la industria pesquera europea", advierte Karleskind.
"Estas subvenciones son necesarias en estos tiempos difíciles (...). Tenemos que deshacernos de ellas muy gradualmente, pero el problema sigue siendo la disponibilidad de tecnologías menos intensivas en energía", coincide Sinkevicius.
J.Kayser--LiLuX