Trece cascos azules mueren en combates en la RDCongo
Trece cascos azules procedentes de Sudáfrica, Malawi y uno de Uruguay que formaban parte de fuerzas regionales y de la ONU para apoyar al ejército congoleño murieron en combates con el grupo rebelde M23 en el este de la República Democrática del Congo, anunciaron este sábado los tres países.
Los combates entre el ejército congoleño y el M23, apoyado por Ruanda, se han intensificado en los últimos días y ahora tienen lugar a unos veinte kilómetros de la capital regional Goma, una ciudad de un millón de habitantes y al menos otros tantos desplazados.
"Las fuerzas armadas sudafricanas perdieron nueve miembros el viernes 24 de enero de 2025, después de dos días de feroces combates", dijo el ejército sudafricano en un comunicado, y agregó que el número de heridos "aún se está confirmando".
Siete de ellos formaban parte de la fuerza regional desplegada por la Comunidad de Desarrollo de África Austral (SADC), y dos de la Monusco, la fuerza de la ONU que también apoya al ejército congoleño.
Pos su parte tres soldados de Malaui también murieron "en el ejercicio de su misión durante una reunión con el grupo rebelde M23 que opera en el este de la RDC", dijo a la AFP un portavoz del ejército del país, Emmanuel Mlelemba.
Desde Montevideo, el ejército uruguayo también anunció el sábado la muerte de uno de sus soldados desplegados dentro en la Monusco durante combates con el M23.
"En las últimas 24 horas se ha registrado un deterioro de la situación de seguridad en la provincia de Kivu Norte (...) Lamentablemente, a consecuencia de dicha situación, perdió la vida el Sdo. 1° Rodolfo Álvarez", indicó, y agregó que cuatro soldados uruguayos también resultaron heridos.
Se desconoce si los trece soldados murieron durante el mismo incidente.
La fuerza regional de la SADC, llamada SAMIDRC, está desplegada en la región desde 2023 y tiene 2.900 soldados sudafricanos, así como soldados de Malaui y Tanzania.
Por su parte, la Monusco cuenta con 15.000 efectivos en la zona.
El conflicto, que empezó desde hace más de tres años, continúa agravando una crisis humanitaria crónica en la región.
Muchos civiles, que a menudo ya han huido varias veces, han vuelto a abandonar sus hogares.
Según la ONU, 400.000 personas han sido desplazadas por los combates desde principios de enero.
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G.Muller--LiLuX