En Irak, mensajes políticos con granadas
Bagdad es escenario desde la semana pasada de una serie de atentados no reivindicados, con granadas lanzadas contra partidos sunitas o bancos kurdos, considerados advertencias de los grupos proiraníes en plenas negociaciones para buscar una mayoría parlamentaria.
Esta serie de atentados nocturnos perpetrados desde el jueves en la capital iraquí dejaron dos heridos.
Tienen lugar en un periodo postelectoral marcado por el enfado de los partidarios de Irán, grandes perdedores de las legislativas del 10 de octubre, y por la incertidumbre sobre la composición de la mayoría parlamentaria.
En Irak, desde la caída de Sadam Husein en 2003, los chiítas --mayoritarios-- son decisivos en política y el Primer Ministro siempre es de su comunidad.
Pero la brecha que divide a los chiitas es importante.
Por un lado está el líder Moqtada Sadr, cuya corriente obtuvo el mayor número de escaños en las elecciones y que confía en obtener la mayoría en el Parlamento,
Y por el otro el llamado Marco de Coordinación, que agrupo varios partidos chiitas y que fueron los grandes perdedores de las elecciones.
Para formar gobierno, Moqtada Sadr pretende aliarse con los partidos sunitas, Taqqadom ("Progreso" en árabe) y Azm ("Determinación"), así como con el Partido Democrático del Kurdistán (PDK).
Pero esta idea no agrada a sus oponentes en el Marco de Coordinación.
Fueron justamente los tres posibles socios de Moqtada Sadr los que han sido blanco --directa o indirectamente-- de los recientes atentados en Bagdad.
- "Presión política" -
El domingo varias granadas dañaron la sucursal del banco kurdo Cihan y la del Banco del Kurdistán, hiriendo a dos personas, según las autoridades. Los directivos de ambos bancos son cercanos a los círculos políticos kurdos.
Anteriormente, la casa de un diputado de Taqqadom, el partido del portavoz parlamentario sunita Mohamed Al Halbusi, y las sedes de Taqqadom y Azm también fueron blanco de granadas, al igual que las oficinas del PDK en Bagdad.
Estos ataques, que no han sido reivindicados, representan "un medio de presión política, su mensaje es político", afirma el politólogo iraquí Ihsan Al Shammari.
"Es una forma de castigar a las fuerzas que se alían con Moqtada Sadr para formar una mayoría en el Parlamento", asegura.
Una fuente de las fuerzas de seguridad, que pidió el anonimato, señala como responsables a "los partidos que perdieron en las elecciones" cuyo objetivo es "perturbar la formación del gobierno".
Implícitamente, se refiere al Marco de Coordinación y a uno de sus principales componentes, la Alianza de la Conquista, el escaparate político de Hashd Al Shaabi, una coalición de exparamilitares proiraníes ahora integrados en las fuerzas iraquíes.
La Alianza, que solo obtuvo 17 escaños, frente a los 48 del anterior parlamento, denunció "fraude" durante la votación, pero el tribunal rechazó sus recursos para anular la votación.
Hashd Al Shaabi ha intentado hacer oír su voz fuera del parlamento desde las elecciones, con sentadas o manifestaciones frente a la ultrasegura Zona Verde, que alberga edificios gubernamentales y la embajada de Estados Unidos.
En el hemiciclo, sus diputados y todos sus aliados del Marco de Coordinación se enfrentaron a los representantes de la corriente de Moqtada Sadr durante la sesión inaugural del 9 de enero, cada grupo reclamando una mayoría capaz de nombrar un gobierno y un primer ministro.
R.Schiltz--LiLuX